Las amatistas son piedras preciosas de color violeta azulado. En inglés se llaman amethysts y el origen del nombre es bien interesante. Quiere decir «no está borracho.» La palabra viene del nombre del vino en griego, methy; borracho era methystos. No estar borracho era amethystos. Todo eso está bien pero ¿qué conexión puede haber entre amatista y borrachera?
Para empezar sepa usted que los griegos y romanos antiguos usaban copas de amatista pues supuestamente así podían evitar emborracharse. A las grandes señoras romanas les gustaban mucho como joyas en la creencia que promovían el amor imperecedero de sus esposos. Eran inútiles para ambos propósitos pero la primera de las dos creencias según cuenta Aristóteles se debe al dios Baco patrono de las borracheras y de las bacanales a las que dió su nombre. Parece ser que Baco se enamoró de una ninfa llamada Amethysta y ella que no quería saber nada con el buscó la protección de la diosa Artemisa.
Se comprende que una ninfita decente, especialmente una de nombre Amethysta, no quisiera un viejo verde y beodo como Baco pero el remedio que se le ocurrió a la supuestamente sabia Artemisa fué tan malo como la enfermedad, convirtió a Amethysta en una piedra preciosa. Yo creo que una bacanal es preferible a que lo conviertan a uno en piedra por preciosa que sea. El final del cuento es que Baco, aunque decepcionado por la pérdida de su amor, para probar que era un viejo chévere concedió a las amatistas la virtud de prevenir las borracheras. De dónde salió el mito que las amatistas promoviesen fidelidad matrimonial no lo he podido averiguar pero no me puedo imaginar que Baco haya tenido que ver con eso.