Utor parece el apellido de un ultravillano de película pero es nada más que el verbo usar en latín. Usus, el participio pasivo de utor, dió origen a la palabra usurae que significaba lo que nosotros llamamos interés simple. Un nombre contundente y aterrador como usurae usurarum era simplemente interés compuesto y un usurarius era el deudor que pagaba intereses sobre el dinero que debía, el reverso de usurero en el sentido moderno.
Usura y especialmente su equivalente inglés usury conservan algo de sus significados latinos si bien el sentido de interés exhorbitante – que no tenía en latín, es el que presentan casi todos los diccionarios.
Los significados de las palabras cambian a veces radicalmente. Un ejemplo reciente es la palabra maquiladora nacida en México para referirse a las ensambladoras de productos para el mercado norteamericano. Esa palabra es adaptación lejana del concepto inicial: maquilah en el árabe original significaba cosa medida. En español pasó a significar la cantidad de harina retenida por el molinero en pago por la molienda.
Recientemente mientras interpretaba para la esposa de un señor acusado de ser un traficante de drogas al por mayor le preguntaron a la también acusada señora que explicara el origen de la vasta fortuna familiar y ella respondió que ganaban mucho dinero «con la maquila.» Al no entender le pedí que clarificara el concepto. Resulta que tienen caballos sementales y la maquila son los honorarios que se cobran por el padrear de los garañones. Es lo que en inglés llaman stud service. La palabra stud con significado en inglés de poste no tiene relación etimológica ni metafórica con el otro stud aunque ambas sean de origen germánico. La palabra stud no significa semental sino específicamente caballo semental. En cambio garañón puede ser burro, caballo o camello.
La maquila ostensiblemente le ha sido sumamente lucrativa a esos acusados lo cual no entienden – mal pensados que son, los fiscales federales que tozudamente persisten en darle una interpretación nauseabunda al origen de los haberes familiares. Es de temer que el sistema judicial no acepte tampoco la explicación hípica lo cual pudiese resultar en que les otorguen prolongadas vacaciones como huéspedes de nuestras instituciones penitenciarias y que su caudal equino sea judicialmente confiscado.