Aunque no sé latín me encanta ese idioma. Las lenguas son casi como la comida: no es necesario saber cocinar para disfrutar un buen arroz con pollo. El latín es la madre de nuestra santa lengua y madrastra del inglés.
El término ludo (ludus) tiene varios significados en latín y de él derivaron muchas palabras en latín y después en español y en inglés. Ludo es juego, juegos de azar, deportes, y diversiones amorosas.
El diccionario de la Real Academia contiene ludir definido como «frotar, restregar, rozar algo con otra cosa» pero castamente ignora otro significado: «retozar amorosamente, yacer carnalmente.» La Real Academia cuyo lema es «Limpia, Fija y da Esplendor» incluye en su benemérito mataburros la palabra ludión. No sea mal pensado – aunque derivado de ludo, no tiene nada que ver con ludir, pues es un instrumento, originalmente de ciencia pero ahora un juguete para explicar los principios de Arquímedes y de Pascal (que no explico porque no los entiendo).
Trágicamente, la palabra latina ludibundus no tiene equivalente ni en español ni en inglés. Significa «estar divertido, sin preocupaciones, sin dificultades, o con deseos de yacer carnalmente.» Yo exijo a la Real Academia que para dar más esplendor a nuestra sacra lengua inmediatamente incorpore el vocablo ludibundo a nuestro léxico.
Hay muchas palabras relacionadas con ludo entre otras, aludir, eludir, y preludio con significados de menor importancia pero hay dos muy problemáticas. La primera es ludopatía que es «la adicción patológica a los juegos de azar y a las apuestas.» Ya sabemos lo que es ludo y patía es enfermedad.
La otra, desgraciadamente de mucha actualidad, es algo que no es un juego. Coludir – en inglés to collude, significa cometer actos de colusión – en inglés collusion, definidos en ambas lenguas como «actos ilícitos en daño a terceros.» Colusión no es palabra muy usada en español, usamos más asociación ilícita, complot, conjura, conspiración, y contubernio.
Se cree con extraordinaria evidencia -por el momento circunstancial, que el presidente de los EEUU coludió con el mortífero dictador ruso en actos ilìcitos en daño a terceros, en este caso a la entera nación americana. El presidente, por supuesto, lo niega, pero carente como lo es de todas las virtudes teologales, su veracidad es muy de dudar.
Magnífica contrubución a nuestro léxico!
Y por supuesto, a la advertencia sobre los falsos cognados: Coludir no es lúdico!