En la mitología greco-romana hay dos versiones del nacimiento de Afrodita: Según Hesíodo, Cronos castró a su padre Urano con una hoz, una acción abominable con el agravante de haber usado un instrumento inadecuado para tal menester. Acto seguido lanzó al mar los genitales paternales y de la espuma (aphros) resultante nació Afrodita. Homero relata una versión más benigna según la cual Afrodita era hija de Zeus con Dione una de las llamadas Titánides, hijas de Urano. Tratando de resolver la contradicción Platón inventó que eran en realidad dos diosas diferentes pero con el mismo nombre, Afrodita Celestial y Afrodita Pandemia. Pero Pandemia no porque tuviera que ver con enfermedades. Pandemia equivalía a democracia. Pan = todos + demos = pueblo.
La terrible situación actual no es una pandemia, es una enfermedad pandémica, una epidemia mundial. Epidemia = epi + demos. Epi es un prolífico prefijo que significa encima, sobre. Seattle es el epicentro en los EEUU del coronavirus. Esperemos que la plaga no se convierta en endémica = endos + demos, aquí ni en ningún otro país. Endos significa dentro. Endémica es una enfermedad habitual o que aparece en épocas fijas en un territorio.
Afrodita se acostó con varios dioses del Olimpo. Cuando yació con Hermes el resultado fue Hermafrodito quien heredó los atributos sexuales de ambos progenitores. Nació equipado para todos los gustos. De las proclividades sexuales de Afrodita se origina el vocablo afrodisíaco que todos conocemos y a veces deseamos.
Afrodita ha inspirado mucho arte pictórico siendo el más famoso «El Nacimiento de Venus» de Sandro Botticelli. (Venus era Afrodita para los romanos). A esta ensalada de nombres debo añadir que el nombre real de Sandro era Alessandro Filipepi. La palabra botticello significa barrilito en italiano. Tal vez le decía Botticelli porque fuera muy bebedor pero con tal apodo pasó a la historia