PLICAS EN TU VIDA

Plica, del latín plico que significa doblar o plegar es una verdadera coneja léxica en inglés y en español, una palabra aplicada. Permítame explicarle, le suplico su atención, no es nada complicado ni implica sabiduría. Ahora ya sabe a lo que me refería..

Una plica es «un sobre cerrado y sellado en que se reserva algún documento que no debe publicarse hasta una fecha o eventualidad futura.» En notación musical es la barrita vertical que con una bolita al extremo representa una nota.

Se puede comprar en Amazón un «Laundry Folder Helper· por $16.99 que en buen latín es una «plicatrix» esto es una dobladora de ropa. En la Roma antigua no existía Amazón por eso tenían esclavas para doblar las togas. También dice el diccionario de la RAE que plica es una enfermedad que le empegota el pelo de tal manera «que no se puede desenredar ni cortar sin que la sangre brote.» Esa definición está bien rara pero es la única que está disponible. Si contrae plica primero vaya a un buen peluquero.

En el cuerpo tenemos plicas en varias partes, pero sanas, y la operación para reducir el estómago a las personas muy obesas parece que se llama «plicación.» Le abren la panza y se la plican. Aquí en los EEUU tiene que llenar una application para que le hagan un plication.

Los viejos tenemos arrugas que en realidad son plicas de pellejo con un nombre más feo. Por eso Ovidio dijo sabiamente «Tu cui rugais uterum Lucina notavit» Yo no sé nada de latín pero me parece que significa «He notado Lucina que tienes el útero arrugado.» No debió haber dicho tal cosa, si es que lo dijo, pues era poeta y no ginecólogo aparte de ser una falta de respeto que amerita una réplica.

UN LEGULEYO PORCINO

Tuve un buen amigo a quien le decían «Tórax de Cerdo» un sobrenombre muy apropiado a su figura pero no a su personalidad. Ése no es el caso del presente fiscal de los EEUU quien en vez de representar a la nación actúa como si fuera el abogado personal del presidente Pinocho y es un típico leguleyo tal como lo define la RAE, «Persona que aplica el derecho sin rigor y desenfadadamente.» Tal señor es porcino de faz, alma, y figura.

Porcino viene del latín «porcus» – puerco. Tiene descendencia interesante en inglés y en español. Por ejemplo a los cetáceos que llamamos marsopas en inglés llaman «porpoises» lo cual es insultante para las marsopas pues etimológicamente significa «pez cerdo.» Nuestro nombre marsopa es más adecuado pues tiene que ver con mar aunque no con sopa pues viene del alemán «suppan» que significa sorber pues sorben agua y la expelen a lo alto.

Por mi ignorancia – no supina, yo creía que marsopa era otro nombre para los delfines que son animales parecidos. Supina no tiene que ver con sopa. Yo soy ignorante pero ignorancia supina es no saber lo que uno debiera saber y yo no tengo porqué haber sabido sobre marsopas. Lo que si todos debemos saber es que sopa viene del alemán «suppa» también relacionada con sorber y sorber la sopa es uno de los peores modales imaginables sólo superado con el meterse los dedos en las narices y después meterlos en la sopa, mucho peor si el plato es de porcelana. Aunque etimólogos de habla inglesa digan que porcelana viene del latín «porcella» que significa puerquita. No lo creo, ni tampoco lo que dicen nuestros etimólogos. En fin de cuentas no importa, son puros cuentos.

Lo que si me angustia es que en algunas partes de México llamen porcelanas a los orinales a los cuales en otros lugares llaman basinicas, no los cubanos que les decimos tibores. De tal palabra viene nuestra lapidaria frase, «Para nalgas son los tibores y para olores las flores.»

FAUCES INFAUSTAS

El dramaturgo Esquilo murió dramáticamente, de un tortugazo:  Dicen que un águila tratando de quebrar el carapacho de una tortuga que había capturado, confundió la calva de Esquilo con una roca y soltó su presa que impactó fatalmente la cabeza del poeta. Un encuentro dramâtico entre la buena puntería y la mala suerte.

Esquilo fue predecesor de Sófocles otro escritor de tragedias griego de quien no tengo idea de lo que haya fallecido porque  la palabra nuestra sofocleo ni significa que lo hayan sofocado ni para nada sirve.  Se refiere a Sófocles  igual que Cantinfleo a Cantiflas, pero no tiene ninguna otra relevancia.

Hay muertes gloriosas, de cara al sol aunque estuviese nublado,  y hay muertes ridículas como la del rey Enrique IV de Francia quien fue asesinado por un cura, sentado, (el rey  no el cura) en el «trono» de sus necesidades  biológicas.  Lo tronaron mientras tronaba.

También hay muertes infames como el asesinato de George Floyd, sofocado inicua y cobardemente por un policía de Minneapolis.  Su suplicio resultó de la impune opresión contra las personas de color predominante en los EEUU.

Ademas de asfixiar, sofocar significa oprimir, dominar.  Sofocar viene del latín suffocare resultante de sub+fauces.  Fauces parece no tener singular en español ni en inglés.  En latín lo tiene, faux, pero no se usa, lo cual es lo mismo que no tenerlo.  Hay  también la palabra faucal, el  adjetivo correspondiente a fauces importante solamente para los foniatras y los laringólogos.  Por eso el venerable diccionario de la RAE define fauces solamente como garganta pero para los romanos significaba la boca, garganta, o cuello de los mamíferos.  En nuestra habla popular fauces es la boca de cualquier animal, particularmente de las fieras.

Sofocar también es acosar.  Si un león lo acosa en la selva el problema no sería de definiciones porque los leones no las entienden.  Usted posiblemente estará  a punto de enfrentar  las fauces de Cerbero, el perro de por lo menos tres cabezas que guarda la entrada del infierno.  A Cerbero tenemos que agradecer la palabra cancerbero que aplica a «guardias severos, de bruscos modales.»  Según parece, cancerbero también se usa para referirse al guardameta en los partidos de fútbol aunque nada más tenga una cabeza y no muerda.

 

 

 

 

 

 

AVE ERRANTE Y ABERRANTE

Un ave errante y aberrante sería algo más raro que un cíclope bizco.  La definición de errante es «Andar de una parte a otra sin tener asiento fijo.»  Ser errante parece ser un defecto mayormente de los humanos.  En mi tierra creo que al errantismo crónico le llamaban ‘culillo de mal asiento.’

Los ornitólogos son expertos en pájaros pero no saben nada sobre los ornitorrincos pues no son aves pero tienen un pico como el de los patos. O sea el nombre quiere decir pico de pájaro, más preciso que en inglés donde llaman a tales extraños animales  platypuses  que significa pies planos.

No hay que ser ornitólogo para saber que los pájaros no tienen asentaderas y por tanto no pueden sentarse. A los humanos siempre nos han fascinado las aves y las hemos envidiado porque vuelan y pueden cantar dos notas diferentes al mismo tiempo. Dos cosas imposibles para nosotros. Tal vez por esa admiración  las sirenas de la mitología griega originalmente tenían torsos de mujer y cuerpo de ave, por cierto no de aves canoras sino de rapiña. Cuándo, y porqué pasaron de ave a pez no tengo idea. Y los romanos practicaban la ornitomancia.  Los augures predecían observando a las aves desde las águilas hasta las gallinas.

Aunque es apropiado decir, por ejemplo, hay un calor aberrante con el sentido de atroz, en nuestra santa lengua aberrante es primeramente «un acto depravado o perverso.» De todas las especies solamente los humanos podemos ser depravados o perversos.

En inglés, aberrant se usa mayormente con el sentido de desviación o anormalidad, por eso un abogado defensor – como mitigación, puede decirle a un juez que la conducta delictiva de su cliente fue una aberración porque hasta que cometió ese «error» había sido un angelito y no un forajido.  Incidentalmente, la palabra forajido que data del siglo XI está emparentada con nuestra palabra éxito y con la palabra inglesa exit.  Forajido viene de fuera exido, salido afuera.  Exido es el participio del antiguo verbo exir, salir, del cual también provienen éxito y exit.  De modo que si decimos en Spanglish, sal de la frigüey por el éxito 164, no es la aberración  que parece, al menos etimológicamente, y la persona llega exitosamente a su destino.

El TRANSDUCER y YO.

En 1963, debido a mi limitado y peor pronunciado inglés, me enviaron  por error a una entrevista de un empleo para el cual yo carecía totalmente de la experiencia que el trabajo requería. El gerente de la empresa primero me preguntó si sabía leer planos.

– Claro, le dije. Entonces me muestra uno de algo llamado «Motional Pick Up Transducer.»

 –No se lo que es eso.

Entonces me pregunta si sabía usar el oscilógrafo y el osciloscopio.

-No.

Sin embargo la oficina de empleos dice que usted es experto en equipos de sonido de alta fidelidad.

No me entendieron, les dije que me gustaba oir música en esos equipos.

Pensé que me iba a decir, váyase con su música a otra parte pero no, el señor se rió a carcajadas y me dijo que no me preocupara,  que ellos me entrenarían. Allí trabajé por un par de años hasta que se les terminó el contrato federal que tenían.   Los transducers eran parte del sistema de alarma de los silos de los misiles nucleares que apuntaban a la Unión Soviética. Ahora, 57 años después me encuentro con la palabra traducida a nuestra santa lengua como transductor en referencia a la microbiota intestinal. En ambos idiomas las palabras vienen del latín trans+ducere.  Ducere viene del verbo duco que, aunque parece un nombre de perro,es una forma combinatoria de muchas palabras de acueducto a oviducto pasando por viaducto,  muchos conductos que incluyen la ducha pero no la palabra caduco que viene del latín caducus de cadere, caer.

Los transductores son órganos o equipos que transforman un tipo de energía en otro. Los de mi trabajo transformaban movimiento en impulsos eléctricos. Los microbios de nuestros intestinos son transductores de las señales de los nutrientes.  Hay transductores por todas partes, teléfonos, televisores, lámparas, etc. Al igual hay muchas palabras que incluyen el componente trans que ahora es un adjetivo para referirse a personas transgénero, que desgtraciadamente, serlo, en algunos países retrógrados es todavía una trangresión punible y castigada.

 

 

 

 

 

 

 

 

Jonas Jettisonado

                              En la Biblia la historia de Jonás es un relato absurdo de un par de páginas sobre un personaje  menor también mencionado en dos líneas del Libro Segundo de Los Reyes 14:25 por eso es sorprendente que Miguel Angel lo haya pintado en el techo de la Capilla Sixtina nada menos que sobre el altar mayor además mostrando el urológico detalle de su miembro viril siendo contemplado por un ángel con la mirada fija en tal área anatómica del profeta – con curiosidad o envidia, ya que los ángeles siendo espíritus puros carecen de ese  masculino apéndice.

                                  Según la Biblia, Yavé ordenó a Jonás que fuera a predicar a Nínive pero Jonás compró pasaje en una nave que iba en dirección contraria,  hacia lo que es hoy España.  Yavé montó en cólera y lanzó una gran tormenta contra el navío.  La tripulación arrojó carga por la borda para aligerar la embarcación.  (Tal maniobra se llama jettison en inglés, mal traducida a nuestra santa lengua como alijar echazón que no expresan específicamente el concepto de jettison).  Como se diría en hebreo  lo sabría el capitán del barco pero cuando Jonás  confesó haber desobedecido la divina orden lo jettisonaron y se calmó el temporal.

                                     Pero Yavé lo tenía todo previsto, un gran pez se traga a Jonás sin masticarlo y el infeliz profeta permanece tres días y tres noches nadando en los ácidos estomacales del pez hasta que fuera vomitado medio digerido en tierra seca. Por fin Jonás obedece y camina hacia Nínive a donde entra gritando si no se arrepienten la ciudad será destruída. Asombrosamente le hacen caso pese a que les hablaba en hebreo y los ninivitas hablaban asirio, estaba sucio de vómito y hedía a pescado.  La Biblia no indica que se haya bañado antes de entrar vociferante en la ciudad.

                                              Misión cumplida, Jonás se acuesta a dormir bajo una planta que creció milagrosamente para darle sombra.  San Jerónimo en su Vulgata tradujo el nombre de tal planta como hiedra lo cual provocó un motín cuando fue leída por primera vez durante una misa en Trípoli causando gran enojo al obispo local, el famoso San  Agustín, quien escribió una airada misiva a Jerónimo pues las traducciones anteriores a la Vulgata describían la planta como de calabaza vinatera, una planta similar a la que en Cuba llamamos güira, en México denominan jícaro o acocote y en el cono sur de Sud-América es conocida como mate cuyo nombre mati , de origen quechua dió su nombre a la bebida. Muchas Biblias modernas dicen que la planta era un ricino.

                                         Jerónimo, traductor de extraordinario talento, admitió desconocer la traducción correcta de la palabra hebrea qiqqayon.  Yo, que tampoco la se, si hubiera vivido en Trípoli entonces me hubiese unido al motín pues odio la hiedra de mi traspatio y aún más el aceite de ricino, nauseabundo purgante que varias veces me atormentó en mi infancia.

Papayas y Palestinos Habaneros

                         La Hispanidad es un conjunto de pueblos divididos por un idioma común.  En Cuba a pesar de ser un país pequeño hay diferencias dialectales entre las regiones orientales y occidentales de la isla. El dialecto santiaguero es inmediatamente identificable para los habaneros.  De las diferencias léxicas la más famosa es la palabra papaya, tabú en La Habana donde significa el òrgano sexual femenino y donde la papaya se llama frutabomba.

                     En la capital cubana parece haber un gran número de orientales, inmigrantes internos, desgraciadamente considerados «ilegales» por el gobierno de la familia Castro, los cuales son deportados cuando las autoridades fácilmente los identifica por sus acentos diferentes.

                    Me parece que es en las terminologías sexuales y alimenticias de nuestros pueblos donde la diversidad léxica es de mayor frecuencia.  En Tegucigalpa, donde viví un par de años escuché en la empresa donde yo trabajaba a una empleada, Lucita, decirle con una sonrisa maliciosa, a otro, «Felipe, enchúteme la babosada,»  (refiriéndose a conectar una manguera) y el aludido respondió no menos maliciosamente, «cuando quieras Lucita.»  Aunque no conocía el verbo enchutar o el nombre babosada me dí cuenta del doble sentido. Según la R.A.E.  enchutar es  meter algo en un agujero o en un hueco. Sin embargo la casta y venerable academia no define babosada en el sentido usado por Lucita y Felipe.  Tal vez yo fuí un mal pensado, si bien no tardé en aprender que babosada en Honduras era una palabra muy usada con diversos significados.

                            Pasando al menos picante sujeto de la nomenclatura gastronómica, tenemos, por ejemplo la palabra pabellón que tiene como quince significados en el diccionario inclusive el venezolano de ser un platillo que incluye carne frita, arroz, frijol negro y cambur (plátano) frito.  Pabellón viene del latín papilion, mariposa.

                                     Serenata es un plato frío en Puerto Rico de bacalao, huevo cocido, cebolla, pimiento y algunas viandas , todo aliñado con aceite y vinagre.  Muy sabroso aunque para mí el pináculo de la cocina de esa hermosa isla es el tostón (chatino, patacón) relleno.  Serenata es también música callejera nocturna, frecuentemente en honor a alguien. Viene del italiano serenade, que parece derivado de sera, tarde, en tal idioma.

                                      Una vez, cenando en un lugar remoto de la provincia cubana de Oriente me ofrecieron vino de grifo que resultó ser de toronja siendo dicho nombre derivado del  inglés grapefruit.

                                      La palabra china es tremendamente polisémica en nuestra América, desde naranja en Borinquen a niñera en Honduras pasando por la china que en Cuba puede ser la lotería ilegal, o la varicela.  Nosotros también separamos la palabra española michina, gata, en mi china para expresar amor y ternura.  China y chinita son términos de requiebro y cariño creo que en toda Latino América. La palabra china parece tener también otro origen, quechua, pero generalmente es usada igualmente a la de origen castellano no como la guagua antillana que es un bus y la andina que es un bebé. Coger una guagua en Santiago de Cuba es  permisible, necesario y hasta laudable no así en Santiago de Chile donde es un delito abominable.

MUSGO NON-GRATO

                        Detesto visceralmente al musgo sin importarme que los japoneses lo integren estéticamente a sus parques y jardines pese a su naturaleza azarosa y resbaladiza.  La palabra musgo – que me gustaría más si se escribiera con Z, viene del latín «muscus» que no tiene nada que ver con moscas a las que los romanos llamaban «muscas» porque no conocían nuestra santa lengua.  Sin embargo, tenían una bellísima palabra,  «muscarium» cuya insulsa traducción al castellano es matamoscas aunque las personas cultas los llame mosqueadores.

                                     Dicen que Catón el Censor,  que era muy refinado al hablar,  blandía un muscarium cuando resbaló en el musgo del foro romano y exclamó airadamente: «Muscus ruber molestus erit»  que creo que significa «como jode este musgo.»

                                      Muscus generó en español la palabra «muguete,» la cual es tan inútil como un machete en un naufragio, pero es el nombre de una planta medicinal usada para enfermedades cardíacas.  Es grato saberlo, si le fallara el corazón y tuviese muguete a mano pudiera prepararse un cocimiento en lo que espera por la ambulancia.

                                  Grato viene del latín «gratus» que significa placentero, agradable. Usted como uno de mis pocos lectores es por lo tanto una persona grata.  La ingrata dificultad con grata es que hay otra grata que no es la de persona grata o non-grata. Es la grata que viene del provenzal de donde salió el verbo gratar.  Gratar no significa tratar de ser grato, significa rallar.  Por eso una persona «rallante» es alguien fastidioso, molesto, non-grato. Hay también el adjetivo «rayente» que significa lo mismo aunque no se escriba igual. Si alguien le cae como un rayo decir que el tipo es rayente suena mejor. Usted escoja lo que le dé su real gana pero para referirse a la cuarentena la Real Academia posiblemente sugeriría similitud a frases quijotescas tal como Con la pandemia hemos topado y es una jodienda amigo Sancho.

 

«Demos» y la DIOSA PANDEMIA

                     En la mitología greco-romana hay dos versiones del nacimiento de Afrodita:  Según Hesíodo, Cronos castró a su padre Urano con una hoz,  una acción abominable con el agravante de haber usado un instrumento inadecuado para tal menester.  Acto seguido lanzó al mar los genitales paternales y de la espuma (aphros) resultante nació Afrodita.  Homero relata una versión más benigna según la cual Afrodita era hija de Zeus con Dione una de las llamadas Titánides,  hijas de Urano.  Tratando de resolver la contradicción Platón inventó que eran en realidad dos diosas diferentes pero con el mismo nombre,  Afrodita Celestial y Afrodita Pandemia.  Pero Pandemia no porque tuviera que ver con enfermedades.  Pandemia equivalía a democracia. Pan = todos + demos = pueblo.

                    La terrible situación actual  no es una pandemia, es una enfermedad pandémica, una epidemia mundial.  Epidemia = epi + demos. Epi es un prolífico prefijo que significa encima, sobre.  Seattle es el epicentro en los EEUU del coronavirus.  Esperemos que la plaga no se convierta en endémica = endos + demos,  aquí ni en ningún otro país.  Endos significa dentro.  Endémica es una enfermedad habitual o que aparece en épocas fijas en un territorio.

                           Afrodita se acostó con varios dioses del Olimpo.  Cuando yació con Hermes el resultado fue Hermafrodito quien heredó los atributos sexuales de ambos progenitores.  Nació equipado para todos los gustos.  De las proclividades sexuales de Afrodita se origina el vocablo afrodisíaco que todos conocemos y a veces deseamos.

                                    Afrodita ha inspirado mucho arte pictórico siendo el más famoso «El Nacimiento de Venus» de Sandro Botticelli.  (Venus era Afrodita para los romanos).  A esta ensalada de nombres debo añadir que el nombre real de Sandro era Alessandro Filipepi.  La palabra botticello significa barrilito en italiano.  Tal vez le decía Botticelli porque fuera muy bebedor pero con tal apodo pasó a la historia

VIEJO Y VERDE

                             Enrique IV fue un «cambia casaca» que oscilaba de católico a protestante según soplara el viento.  Su frase más famosa fue «París bien vale una misa» que dijo al «convertirse» al catolicismo para poder ser rey de Francia.  Se rumoraba que se vestía de verde, color que pensaba lo hacía atractivo, para frecuentar un parque parisino a disfrutar de la compañía de muchas chicas jóvenes.  Dicen que basado en tal chisme la frase peyorativa «viejo verde» se originó.  Ser viejo y verde no es lo mismo que viejo verde.

                                  Yo soy viejo y verde porque apoyo el Green New Deal de la congresista Alexandria Ocasio Cortés, al Movimiento Green Peace, y porque me gusta comer verduras que, de paso, ayudan a mantenerlo a uno verde.

                            Yo me esfuerzo en ser viejo y verde en el sentido original usado por Virgilio en La Eneida donde describe al barquero Caronte como «ya viejo pero su vejez es la de un dios, briosa y verde.»   En cambio nuestro presidente el Pinocho Anaranjado es un cambia-casaca y amoral viejo verde al estilo de Enrique, no viejo y verde como Caronte y es definido apropiadamente en inglés como «dirty old man,» «viejo sucio» así llaman  a los viejos verdes en tal idioma.

                                    En otros sentidos no se asemeja a Enrique IV quien fue muy querido de su pueblo y por la historia dada su política  de promover la unidad nacional, el secularismo , la tolerancia, y los derechos civiles.  89 años después, en 1685 durante el reinado infame de Luis XIV  se terminó  todo eso.  Luis fue un rey muy  libertino al estilo de Pinocho: vano, ostentoso, un despreciable autócrata que solamente gobernó para el beneficio de la jauría sin traílla de cortesanos ricachones que cotidianamente  lo adulaban sin mesura.